Azúcares: amigos o enemigos?

Azúcares: amigos o enemigos?

Cuando hablamos de azúcares no sólo nos referimos al azúcar de mesa, también hacemos referencia a un gran grupo de alimentos, que una vez digeridos y metabolizados, nuestro cuerpo utiliza como principal fuente de energía.

Este grupo de alimentos son los hidratos de carbono o glúcidos y los podemos dividir en dos grandes grupos según su naturaleza y velocidad de absorción: simples y complejos.

Los hidratos de carbono simples son los que el organismo absorbe de forma más rápida. Entre ellos se encuentra  la fructosa, la sacarosa o azúcar de mesa y la lactosa. La fructosa es el azúcar principal de las frutas y la miel; la sacarosa, conocida comúnmente como el azúcar de mesa, es la que se extrae de la caña de azúcar o la remolacha y la que está más presente en nuestra dieta componiendo la mayoría de dulces y pasteles; y la lactosa es el azúcar presente en la leche.

Estos azúcares prácticamente no necesitan ser digeridos y pasan rápidamente a la sangre, produciendo picos de glucosa.

Los hidratos de carbono complejos deben ser digeridos en el tracto gastrointestinal para ser absorbidos y llegar al torrente sanguíneo. El producto final de esta digestión es la glucosa. Entre ellos encontramos el arroz, el trigo, la avena, la cebada, el centeno, las legumbres y los tubérculos (patata y boniato).

Existe un tercer grupo de hidratos de carbono que no son asimilables por el organismo y que son imprescindibles para nuestra salud: la fibra alimentaria. Se encuentra en las frutas, legumbres, vegetales y hortalizas, cereales integrales y algas.

La mayor ventaja de estos hidratos es que nuestro organismo no los puede digerir y llegan intactos al intestino grueso, favoreciendo el tránsito intestinal y atrapando toxinas, grasas y azúcares y expulsándolos por las heces.

Por otro lado, la glucosa resultante de la digestión de los hidratos de carbono quedará atrapada por la fibra en el tracto intestinal, y se absorberá de forma más lenta, lo que mantendrá unos niveles de glucosa en sangre más estables, y un aporte de energía constante a lo largo del día.

Por todo lo dicho anteriormente es importante potenciar el consumo de alimentos integrales con un  alto contenido en fibra y reducir el consumo de azúcares simples como el azúcar de mesa y todos los alimentos que lo contienen, como pastas, bollería, galletas, pasteles, lácteos, caramelos, bebidas azucaradas y refrescos.

Algunas alternativas al azúcar blanco o refinado son: el sirope de ágave crudo, con un índice glucémico muy bajo, la stevia  que aporta sabor dulce sin modificar los niveles de azúcar en sangre, el azúcar de coco y las melazas de cereales.

Cómo alimentarnos en otoño

Cómo alimentarnos en otoño

El otoño es la estación donde la Naturaleza se contrae. Las hojas y las frutas se caen, las semillas se secan y la savia se dirige hacia adentro y hacia las raíces de los árboles.

Nuestro cuerpo también tiene que empezar a “recogerse”, generando una energía que nos centre y nos caliente. Es el momento de empezar a reforzar nuestro sistema inmunitario y equilibrar los excesos del verano.

Se recomienda empezar esta transición poco a poco, suprimiendo comidas y bebidas frías y reduciendo la cantidad diaria de frutas y ensaladas crudas.

Aumentaremos el consumo de verduras redondas y raíces como cebollas, calabazas, zanahorias, nabos, coles y coliflores; creando platos nutritivos y dulces, como cremas de verduras y purés.

Los cereales más recomendados para esta estación son el mijo, la avena, el arroz y la quinoa. Los cocinaremos de forma lenta, a temperatura baja y durante más tiempo. De esta forma obtendremos un efecto equilibrante y relajante.

Poco a poco iremos introduciendo estofados de legumbres (garbanzos, lentejas, azukis….) que nos aportarán proteínas y calor interior. Incorporar un trocito de alga kombu al agua de cocción ayudará a ablandar la fibra de las legumbres y mejorará su digestión.

Reduciremos el consumo de hierbas aromáticas frescas y enfriadoras e introduciremos el jengibre fresco, el clavo y la canela con un efecto más caliente.

Por último no nos olvidemos de un grupo de alimentos muy representativo de esta estación: los frutos secos. El consumo diario de nueces, castañas, avellanas y almendras nos proporcionará energía para los requerimientos físicos y mentales que vienen aparejados con esta estación.

3 aliños deliciosos para ensaldas

3 aliños deliciosos para ensaldas

 

La ensalada es uno de los platos más deliciosos y nutritivos que existen. La infinidad de combinaciones que podemos hacer de verduras y hortalizas nos permiten crear un sinfín de ensaladas que nos proporcionan vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y agua, todos ellos indispensables para el buen funcionamiento del organismo.

Además de tener un aporte muy bajo de calorías, tienen la particularidad de ser muy saciantes gracias a su contenido en fibra, por lo que son un plato muy interesante si queremos bajar de peso.

Y tan importante como una buena ensalada es un buen aliño!!!

El aliño es lo que hace que una simple ensalada se convierta en el más suculento de los manjares.

Un buen aliño no sólo aporta sabor, textura y aromas, sino que enriquece nutricionalmente los platos.

Qué elementos debemos tener en cuenta para hacer un buen aliño?

Toda salsa o aliño debe estar compuesta de una parte grasa que es la que va a cumplir la función de emulsionar el resto de los ingredientes. Aquí es muy importante elegir una grasa o aceite de buena calidad como el aceite de oliva de primera presión en frío, el aceite extra virgen de coco, cremas de frutos secos o semillas como la crema de almendras o el tahín (crema de sésamo), o un aguacate.

Otro ingrediente importante es aquel que nos aporte el sabor salado como sal marina o sal del Himalaya, salsa de soja o tamari, miso y vinagre o pasta de umeboshi. Este último, además de aportar el sabor salado también nos dará un toque de sabor ácido.

Agregaremos también algún componente de sabor dulce como un sirope de buena calidad, concentrado de manzana, stevia o miel.

Y finalmente el sabor ácido, que lo podemos obtener de un vinagre de manzana sin pasteurizar o algún otro vinagre como el de arroz o el de umeboshi. También podemos utilizar zumo de limón o algún otro cítrico como lima, naranja o pomelo.

Con estos 4 componentes ya tenemos la base de un buen aliño. Podemos hacer infinidad de combinaciones e incluso utilizar más de uno de cada grupo.

Para lograr la consistencia deseada siempre podemos rectificar con un poco de agua o aceite de oliva.

Finalmente podemos agregarle especias o hierbas. Si queremos darle un toque picante podemos agregarle un poco de jengibre o pimienta. También podemos agregarle cúrcuma, perejil, albahaca, orégano, etc.

Y ahora os daré las recetas de 3 aliños deliciosos:

Vinagreta de mostaza y ágave:

50 gr de anacardos

150 ml de aceite de oliva

40 ml de vinagre de manzana

30 ml de sirope de ágave

200ml de agua

1 cucharadita de mostaza

1 diente de ajo

1 cucharadita de sal marina

Poner los anacardos en remojo durante 4 horas. Desechar el agua del remojo y enjuagarlos bien.

Poner todos los ingredientes en una batidora y triturar hasta obtener una salsa uniforme y cremosa.

Se conserva hasta 2 semanas en la nevera en un recipiente hermético.

Vinagreta de nueces y naranja:

½ taza de nueces tostadas

1 cucharada de aceite de oliva

1 cucharada de vinagre de arroz

1 cucharada de tamari

1 cucharadita de ralladura de  naranja

Zumo de naranja

Triturar todos los ingredientes menos la ralladura y el zumo de naranja. Ir agregando poco a poco el zumo hasta obtener la consistencia deseada.

Finalmente agregar la ralladura de naranja.

Aliño de miso blanco:

2 cucharadas de miso blanco

1 cucharada de vinagre de umeboshi

3 cucharadas de aceite de oliva

Albahaca fresca picada

Agua

Mezclar todo los ingredientes y remover. Agregar agua hasta obtener la consistencia deseada.

 

 

 

 

 

Humus de remolacha

Humus de remolacha

Este humus o paté de remolacha es ideal para acompañar hamburguesas vegetales, para poner en bocadillos o tostadas o como entrante o tentempié acompañado de bastoncitos de zanahoria, pepino o apio.

Su toque dulzón nos ayuda a saciar la apetencia por lo dulce al tiempo que nos aporta iodo, vitamina C, potasio y silício, este último muy importante para reforzar cabellos, uñas, huesos y piel.

Contiene antocianinas, unos antioxidantes muy potentes, responsables del color rojo de la remolacha, que combaten el envejecimiento celular.

Esta hortaliza cumple un papel importante en dietas depurativas ya que protege al hígado y la vesícula biliar y tiene un efecto diurético.

Receta de humus de remolacha:

Ingredientes:

2 remolachas cocidas

2 cucharadas de agua

2 cucharadas de crema de almendras

1 cucharadita de concentrado de manzana

2 cucharadas de aceite de oliva

1 diente de ajo

sal marina

1 cucharadita de comino en polvo

Preparación:

Poner todos los ingredientes en un robot de cocina y triturar hasta obtener la consistencia de una crema.

Podemos decorarla con perejil picado, semillas de sésamo, piñones tostados, etc.

 

 

Granola

Granola

Hacía mucho tiempo que quería preparar una granola casera y la verdad que pensaba que sería algo más laborioso, pero la verdad que estaba equivocada.

Es muy fácil de hacer y no tiene nada que envidiarle a las granolas elaboradas de forma industrial.

Además de ser un desayuno muy saludable y lleno de nutrientes, es delicioso y crujiente.

Lo podemos agregar a un yogur, a una bebida vegetal, al puding de chía, incluso a un zumo o batido.

Si queréis hacer la versión sin gluten podéis utilizar los copos de avena sin gluten o sustituir los copos de avena por copos de quinoa o cualquier otro cereal que no contenga gluten.

Se conserva muy bien durante una semana o 10 días guardado en un recipiente de cristal hermético.

Receta de Granola

Ingredientes:

200 gr de copos de avena

3 cucharadas de melaza de arroz

40 gr de coco rallado

30 gr de nueces crudas

30 gr de almendras crudas

30 gr de avellanas crudas

30 gr de semillas de girasol

30 gr de semillas de calabaza

30 gr de uvas pasas o arándanos deshidratados

80 gr de aceite de coco

1 cucharadita de canela en polvo

½ cucharadita de vainilla en polvo

ralladura de 1 naranja (opcional)

Preparación:

Precalentar el horno a 120º C. Forrar una bandeja de horno con papel sulfurizado.

Tostar los copos de avena en una sartén hasta que comiencen a cambiar de color y reservar. Repetir el proceso con los frutos secos y las semillas.

Por otro lado mezclar el aceite de coco con la melaza de arroz hasta que quede un líquido homogéneo. El aceite de coco debe estar líquido, si no es así, calentarlo a baño María hasta que adquiera esta consistencia.

Trocear los frutos secos y las semillas y mezclarlos con los copos de avena. Agregar la canela y la vainilla.

Agregar la mezcla líquida (del aceite con la melaza) y mezclar bien hasta que quede todo impregnado.

Poner en la bandeja de horno y hornear ente 20-30 minutos removiendo de vez en cuando para que no se peguen.

Cuando falten 4-5 minutos agregar el coco rallado, las uvas pasas y la piel de naranja.

Dejar enfriar y conservar en un bote de vidrio hermético.